Today, Catholics and many other Christians celebrate the feast of the Assumption of the Blessed Virgin Mary. This significant feast day recalls the spiritual and physical departure of the mother of Jesus Christ from the earth, when both her soul and her body were taken into the presence of God.
Venerable Pope Pius XII confirmed this belief about the Virgin Mary as the perennial teaching of the Church when he defined it formally as a dogma of Catholic faith in 1950, invoking papal infallibility to proclaim, “that the Immaculate Mother of God, the ever-Virgin Mary, having completed the course of her earthly life, was assumed body and soul into heavenly glory.”
Although the bodily assumption of Mary is not explicitly recorded in Scripture, Catholic tradition identifies her with the “woman clothed with the sun” who is described in the 12th chapter of the Book of Revelation.
“It was fitting,” St. John of Damascus wrote in a sermon on the assumption, “that she, who had kept her virginity intact in childbirth, should keep her own body free from all corruption even after death,” and “that she, who had carried the creator as a child at her breast, should dwell in the divine tabernacles.”
The feast of the Assumption is always a Holy Day of Obligation for both Roman and Eastern-rite Catholics, on which they are obliged to attend Mass or Divine Liturgy.
Notes as taken from the Catholic News Agency
Desde el escritorio del P. Trinidad
Hoy, los católicos y muchos otros cristianos celebran la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María. Esta importante fiesta recuerda la partida espiritual y física de la madre de Jesucristo de la tierra, cuando tanto su alma como su cuerpo fueron llevados a la presencia de Dios.
El Venerable Papa Pío XII confirmó esta creencia sobre la Virgen María como la enseñanza perenne de la Iglesia cuando la definió formalmente como un dogma de la fe católica en 1950, invocando la infalibilidad papal para proclamar, “que la Inmaculada Madre de Dios, la siempre Virgen María, habiendo completado el curso de su vida terrenal, fue asumida en cuerpo y alma a la gloria celestial ”.
Aunque la asunción corporal de María no se registra explícitamente en las Escrituras, la tradición católica la identifica con la “mujer vestida de sol” que se describe en el capítulo 12 del Libro de Apocalipsis.
“Era apropiado”, escribió San Juan de Damasco en un sermón sobre la suposición, “que ella, que había mantenido intacta su virginidad durante el parto, mantuviera su propio cuerpo libre de toda corrupción incluso después de la muerte”, y “que ella , que había llevado al Creador como un niño en su pecho, debe morar en los tabernáculos divinos ".
La fiesta de la Asunción es siempre un día santo de obligación tanto para los católicos romanos como para los de rito oriental, en el que están obligados a asistir a la Misa o la Divina Liturgia.
Notas tomadas de la Agencia Católica de Noticias