This past Tuesday as I was praying the office of readings, I came across an ancient sermon by Saint Peter Chrysologus. The sermon not only reminded me of the Lord’s passion and resurrection, but above all, it lifted my spirits as I reflected on the meaning and purpose of Easter. Many times in life, we get distracted by our limitations, our struggles and our sins. We end up disregarding God’s infinite love for humanity, to the point, that we even become afraid of approaching God as our loving father.
Listen to what St. Peter Chrysologus says, “Listen to the Lord’s appeal: You may run away from Me as the Lord, but why not run to Me as your Father? Perhaps you are filled with shame for causing My bitter passion. Do not be afraid. This cross inflicts a mortal injury, not on Me, but on death…. My body was stretched on the cross as a symbol, not of how much I suffered, but of My all-embracing love…. Come, then, return to Me and learn to know Me as your Father, who repays good for evil, love for injury, and boundless charity for piercing wounds”.
As we continue our Easter season, let us not forget what Christ has done for us. We will never be able to comprehend God’s love for humanity. Hopefully, with God’s help, we can accept God’s love and be transformed into a new creation, transmitting this faith to our children, especially those who will be receiving their first communion throughout the diocese and around the world.
Pax et bonum
Fr. Trinidad
Desde el escritorio del padre. Trinidad
El martes pasado, estaba rezando el oficio de lecturas, y me encontré con un antiguo sermón escrito por San Pedro Chrisologo. Su sermón no solo me recordó la pasión y la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, pero sobre todo, me levantó mi espíritu mientras reflexionaba sobre el significado y el propósito de la Pascua. Muchas veces en la vida, nos distraemos por nuestras limitaciones, nuestras luchas y nuestros pecados. Terminamos descontinuando el amor infinito de Dios para la humanidad, hasta el punto de que incluso, tenemos miedo de acercarnos a Dios como nuestro padre amoroso.
Escuchen lo que dice San Pedro Chrisologo: "Escucha lo que dice El Señor: Si teméis a Dios como Señor, ¿porque no acudís a él como Padre? Pero quizá sea la inmensidad de mi pasión, cuyos responsables fuisteis vosotros, lo que os confunde. No temáis. Esta cruz no es mi aguijón, sino el aguijón de la muerte…. Mi cuerpo al ser extendido en la cruz os acoge con un seno más dilatado, pero no es para mí una perdida, sino el pago de vuestro precio. Venid, pues, que devuelvo bien por mal, amor por injurias, inmensa caridad como paga de las muchas heridas”.
A medida que continuamos el tiempo pascual, no olvidemos lo que Cristo ha hecho por nosotros. Nunca podremos comprender el amor infinito de Dios para la humanidad. Con la ayuda de Dios, podremos aceptar el amor de Dios y transmitir esta fe a nuestros hijos, especialmente aquellos que recibirán su primera comunión en nuestra Diócesis y en todo el mundo entero.
Pax et bonum
Fr. Trinidad